Pensar emocionalmente … ¿El futuro del management?


Hola,

Estamos viviendo una época, socialmente hablando, tremendamente interesante y atractiva. La irrupción de las redes sociales han provocado que la humanidad –nosotr@s– nos tengamos que enfrentar a un escenario, hasta ahora desconocido, en el que la velocidad con la que los cambios se suceden, y la multicanalidad por la que éstos se propagan, han devenido la principal característica.

El principio activo que favorece esta propagación es la “emocionalidad”. Empatizamos emociones y sentimientos de nuestro círculo más cercano –virtual o real- y, acto seguido, las compartimos y difundimos, con el enriquecimiento de nuestras opiniones y comentarios, con/a nuestra red.

El mundo de la empresa y, particularmente, el del management, sin embargo, sigue anclado en el pasado sin saber cómo adaptarse a este nuevo betaescenario en el que sus vectores directores son

  • El pensamiento diferencial es el empático y emocional
  • El acortamiento del largo plazo a un periodo no superior a los seis meses

En este sentido, las empresas, como personas jurídicas que son, ni sienten, ni lloran, ni vibran y, menos aún, sonríen. Sus emociones “solo” las muestran en la cuenta de resultados y, ahora, dicho sea de paso,no están para muchas “emociones”.

Está claro que las opiniones favorables en las redes sociales incrementan las ventas … ahora bien, ¿pasará el futuro del management por el “pensar emocionalmente” [en] las organizaciones?

¿Qué opinas?

Os dejo con el video de Evelyn … para mi, una de las mejores películas para ilustrar este pensamiento emocional …

Saludos,

Agustí Brañas

Soñar es pensar. Pensar es querer. Querer es poder. Poder es hacer. Hacer es soñar.

¡Feliz semana! 🙂

8 comentarios

  1. Dependerá de la transformación del management actual al llamado 2.0 pero no debemos olvidar que las organizaciones están formadas por personas que sienten emociones y que constituyen el corazón de la misma.

  2. Amigo Agustí.
    El Management actual continua utilizando los mismos métodos de gestión que el de finales del siglo XIX. Ell Management es una ciencia que no evoluciona, y las consecuencias las estams viendo todos los dias.

  3. Aprendí que las emociones y el intelecto tienen que estar equilibrados, temo que ahora nos pasemos al otro extremo y «corramos en todas direcciones» dejándonos llevar por los mundos emocionales …. no es eso, no consiste en eso.

    Aprendí que si yo no tengo sentido común, no se lo puedo pedir a los demás (ni siquiera a los políticos).

    Aprendí que tengo que saber donde estoy, que tengo que conocerme mucho, porque las perspectivas desde las que se pueden mirar las cosas son muchas y muy variadas.

  4. Y una vez dicho lo anterior:
    Creo que es un error de grandes dimensiones, que se «destruyan» las grandes Empresas, le dan «estructura» a mucha gente que no tiene nada más que eso ….
    Creo que debemos crear una sociedad donde se proteja a los débiles, no todo el mundo puede crear una «marca personal», os lo aseguro, no pueden, no es que no quieran …. hay gente que no tiene raices suficientes para aguantar un «temporal» …. ni para subir muy arriba …. aún así, el cesped es hermoso ….

  5. Y estoy de acuerdo con Ana, las organizaciones están formadas por personas, «echar la culpa» al sistema no es más que una mala excusa para justificar las accciones de uno mismo ….

  6. Para poder sobrevivir y prosperar en el siglo XXI las empresas (y las personas) no tendrán más remedio que replantear sus creencias, y entender que deben adaptarse a la nueva realidad participativa, y no por capricho, sino porque es vital para poder enfrentarte a los desafíos de este mundo cada vez más cambiante, competitivo y global que nos está tocando vivir. Es preciso hacer entender a las organizaciones que las reglas del juego han cambiado con la web social. No podrán resolver problemas del siglo XXI con creencias y valores del siglo XIX.

  7. No estoy de acuerdo con Ana y Juana.

    Por más que nos pese, las organizaciones empresariales no son un reflejo de las personas, sus creencias o valores. Todo lo contrario, suponen una despersonalización. Se nos llena la boca hablando de democracia y mercado libre, respeto por los demás y sus puntos de vista mientras que una empresa es todo lo contrario: tiranía, aspiración al monopolio, imposición y portadores de la verdad (comercial). ¿Realmente creemos que los cimientos básicos de una sociedad libre pueden ser organizaciones cuyo funcionamiento se sitúa en el polo opuesto?

    Lo siento, pero la propia dinámica de la empresa exige que uno deje gran parte de «su persona» en el torno de entrada.

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