Tú puedes ser el próximo Víctor … ¿eres consciente?


1173948358Hace un par de semanas Víctor¹, un buen amigo mío, me llamó para darme una grata nueva: había encontrado, tras un largo periodo en el paro, trabajo. Irradiaba felicidad y se le notaba ya que, a la menor oportunidad, lo proclamaba a los cuatro vientos. Quedamos para vernos y celebrarlo.

Cuando llegué al bar en el que habíamos quedado, vi que su rictus era serio y que denotaba preocupación.

Sus buenas tardes fueron: “Vuelvo a estar en el paro²”. Juro que si me pinchan en ese momento no me sacan ni una gota de sangre. Aún con la respiración acelerada por el impacto de semejante noticia –no habían pasado ni siquiera dos semanas desde su incorporación- atiné a preguntarle: Víctor, ¿Qué ha pasado?.

Con voz grave, me dijo: “No lo sé” Y empezó a contarme ese surrealista episodio. “El día de los hechos me llamaron desde recursos humanos para que acudiera a las oficinas centrales. Me hicieron pasar a una sala y esperar. Transcurridos unos minutos, llegó alguien de RR.HH. con la carta de finalización de contrato para que la firmara. ¿Por qué? La razón – si se puede llamar de alguna manera- que me dieron fue: “El cliente nos ha hecho saber que tu perfil no se adecúa a lo que necesita” “Pero si no he tenido tiempo, ni siquiera, de calentar la silla”. N.del E. Víctor desgranó, meticulosamente, todo lo que le había sucedido durante esas escasas dos semanas. Y doy fe que, lo que me contó, fue todo un manual de lo que no debe ser un proceso de aterrizaje.

Si tuviera que resaltar algún valor y/o competencia de Víctor, destacaría, por encima de todo, tres:

  • Su Actitud positiva y optimista por naturaleza. Recuerdo alguno de los whatsapps suyos que recibí esos días: “I go, I go … al curro a trabajar”
  • Su Valentía. Hace tiempo que profesionalmente no se dedica al trabajo que había encontrado pero eso no ha sido óbice para sentirse preparado para llevarlo a cabo
  • Su Fuerza de voluntad. Una vez me contó que, en la facultad, había tenido que asistir a clases particulares de una asignatura porque no podía ir a clase. Iba junto a dos amigos suyos. Únicamente uno aprobó. ¿Sabéis quién?

A lo largo de la conversación –de hecho, casi un monólogo- no supe que decirle. Sólo escucharle y, de vez en cuando, asentir con la cabeza. Le pedí plasmar lo que le había pasado en un post y me autorizó a escribir y compartir lo que le había acaecido.

Cuando nos despedimos me agradeció que le hubiera escuchado. Mientras se alejaba, cabizbajo y pensativo ante el complicado porvenir que se le venía nuevamente encima, una idea retronaba en mi cabeza … ¿nos estaremos volviendo todos locos³?

¿Eres consciente que tú puedes ser el próximo Víctor?

Saludos,

Agustí

[1] Víctor tiene 51 años, es Licenciado superior y atesora un gran capital experiencial fruto de su dilatada carrera profesional.

[2] Fuente: http://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=4084

[3]El anterior “propietario” de la mesa que había ocupado no duró ni un mes.

4 comentarios

  1. Y de estos hay muchos. Hace un par de años, después de estar en una empresa dos meses, todo hay que decirlo sin saber para que «» estaba allí (y eso que era en teoría la posición de Director de RRHH), al final el Gerente y propietario me dijo «nos hemos equivocado, no necesitamos de tus servicios porque con un administrativo ya funcionamos». Mi respuesta fue que sí que ambos nos habíamos equivocado.

  2. Hola Agustí. Hoy todos somos Victor. El relato que compartes es, a mi juicio, de una extrema crueldad. La empatía nos lleva a sentirnos cerca de los muchos Victor, da igual cuales sean sus circunstancias, que están pasando por momentos indescriptibles en su vida laboral. Los que todavía guardamos al menos un gramo de equilibrio, debemos estar cercanos y disponibles para acompañar y motivar en estos momentos, como lo has hecho tu. Lo importante es que gente valiosa como los anónimos «Victor» no se echen a perder por una situación coyuntural… que esta haciendo estragos en la sociedad española. Muchas gracias por compartir este testimonio. Lo dicho… hoy todos somos Victor 🙂

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